Sergio Cilla comparte con nosotros Microrrelatos, una serie de cuentos cortos que podrás leer en dos minutos y que seguramente te dejarán reflexionando. En esta entrega: Esa Foto, un deseo más que un relato.

Esa Foto

Me desperté sobresaltado, como cuando uno no sabe dónde está ni qué le pasa. Como siempre, en segundos que parecen eternos, uno vuelve a la realidad mientras se refriega la frente. “No. Dicen que si te pasas la mano por la frente te olvidas lo que soñaste.” Ya era tarde.

Miré el teléfono y encontré un mensaje nuevo con otra foto, y todo volvió a tomar el color que mi vida merecía.

La pandemia me había dado mucho trabajo, y me sentía muy agradecido, pero también me había impedido ver a mi familia. Estaba acostumbrado a eso, y sabía que era una consecuencia de haber elegido vivir en el exterior. Pero nunca había pensado en algo de esta magnitud. Había en algún momento temido la posibilidad de una guerra, y el consiguiente cierre de fronteras, pero nunca esto.

Ya había recibido un mensaje con otra foto la noche anterior. Y a pesar de que eso debería haber tranquilizado mis sueños, todo lo contrario, lo poco que dormí fue en un estado de plena ansiedad.

Esa foto los mostraba a los dos juntos, tomados por el hombro, con una sonrisa de oreja a oreja. Se podía ver el aeropuerto de Ezeiza de fondo, y un cartel escrito a mano que decía: “Ya falta poco, abuelo.”

Mis dos nietos venían a visitarme, y viajaban solos y juntos por primera vez, y era lo más parecido a tener un pedacito de cielo en esta vida terrenal.

Y, tenía que cambiarme, y lavarme la cara y los dientes, y desayunar para ir a buscarlos al aeropuerto, pero no podía, era demasiada la alegría.

La segunda foto era de la escala en Miami, mientras intentaba conciliar el sueño, y el cartel esta vez decía: “Tres horas y te damos un abrazo juntos, abuelo.”

Sergio Cilla