Sergio Cilla comparte con nosotros su primera narrativa guionada. En pocas palabras, una historia leída como si la vieras en una pantalla.
Hoy, el séptimo episodio de la primera temporada de LaJuá, la historia de una chica Latina con súper poderes.
(Si no leíste el principio, empieza aquí: Narrativa Guionada – LaJuá: El Descubrimiento)
Arte: Graciela Iturbide

Narrativa Guionada
LaJuá – Temporada 1

Episodio 7: La Debilidad

La escena muestra a César, quien está fuera del auto en un lugar descampado con el teléfono en la mano. Se lo ve nervioso, caminando en círculos. Se escucha la voz de Nayeli que dice del otro lado de la línea: “Mira, se encuentra muy indispuesta y no tiene ánimos de hablar. El médico dice que necesita hacerle unos estudios antes de que pueda regresar al trabajo, por si es contagioso”.

César corta la comunicación, arroja el teléfono con una mezcla de furia y tristeza dentro del automóvil, se toma la cabeza con ambas manos, y pega un grito. Él sabe muy bien que lo que le dijo al capitán no es verdad, y que él también se está enamorando de LaJuá. Pero no puede admitirlo. La red de narcotráfico en la que está involucrado es muy peligrosa.

Cambio de escena. Nayeli está con el teléfono en la mano. Se la ve cómo toma aire con la idea de ir a enfrentarse a su hija. Se acerca a la puerta de su dormitorio, y la golpea suavemente.
- ¿Puedo pasar? -le pregunta delicadamente, mientras empuja la puerta para abrirla.

LaJuá está tirada en la cama, mirando hacia el lado opuesto, y toda tapada hasta la cabeza. Nayeli hace un gesto como cerrando el puño, y mordiéndose el labio, como conteniendo sus ganas de gritarle o regañarla, como cuando era una niña. Se sienta al borde de la cama y le apoya la mano suavemente sobre la cabeza.

-Hija, ya no eres una niña… -comenzó a hablar con mucho miedo, temiendo una explosión por parte de LaJuá-. El amor duele muchas veces, como en este caso, y ese dolor es sinónimo de que estás creciendo, te estás haciendo adulta.

Vuelve a respirar varias veces y continúa.

-Y ser adulto nos hace responsable de quiénes somos. Y, mi querida niña, estamos en este plano con otro propósito. Podemos enamorarnos, podemos disfrutar de la vida, pero nuestro propósito manifiesto es algo muy superior, algo que escapa a nosotros.

Flashback a la escena durante el entrenamiento en la playa desierta. Nayeli está hablando con los ojos cerrados, y la cabeza levemente inclinada hacia el cielo. Su rostro se va transformando paulatinamente en las otras mujeres.

-Tener súper poderes o ser una guardiana de este universo conlleva mucha responsabilidad, y genera mucho dolor -le explica Nayeli, hablando como si estuviera en un trance-. Mi madre, tu abuela, Doña Nacha, me dejó sola con tu abuelo, y se marchó a lidiar con los problemas de este mundo. Cuando regresó, la familia estaba disuelta, y yo ya ni me acordaba de ella. Fue muy doloroso para el abuelo y para mí, y de más grande también entendí que había sido doloroso para ella.
Regreso a la escena actual. LaJuá se da vuelta en la cama, abraza fuerte a su madre y se pone a llorar.

-Suelta, mi niña, suelta todo… este llanto es sinónimo de que estás creciendo -le dijo Nayeli, y podía verse cómo su rostro se iba transformando en otras mujeres.

Dos semanas después.

Se puede ver a LaJuá en la estación de policía. Toma tres respiraciones y se escabulle dentro del vestuario de hombres, que es donde sabe que César habla a escondidas, para que ella no lo escuche.

Se queda parada junto a las duchas. Se aplasta contra la pared, y saca el teléfono y prende la cámara. Se enfoca para ver si realmente está invisible. Se escuchan pasos, y César entra al lugar. Abre una de las duchas para que tape el ruido de su conversación.

La imagen toma el rostro y el cuerpo de LaJuá. Está apretando los labios y los puños en señal de mucha bronca. La imagen se desplaza hacia César, quién está hablando por teléfono: “Encontrémonos ya, junto al basural. Yo puedo salir ahora que Tonalli no me está encima”.

LaJuá vuelve a tomar tres respiraciones, cierra los ojos, y de pronto aparece fuera de la estación de policía, como teletransportada. Se mira todo el cuerpo, y hacia los costados, como no entendiendo qué paso, ni cómo logró hacer eso. Pero ya estaba afuera, y lejos de su auto.

Decide intentarlo nuevamente. Vuelve a respirar y a concentrarse, y de pronto aparece en el basural que había mencionado César en su conversación. “Lo logré”, dice para sus adentros, con un gesto victorioso, cuando escucha el sonido de motores de dos automóviles que se acercan.
Se esconde detrás de un árbol, saca el teléfono y comienza a tomar fotos. Los dos automóviles están uno al lado del otro, con el baúl abierto. César con otro hombre intercambian bolsos discretamente.

Repentinamente, siente el ruido de un gatillo, y algo que la presiona en la nuca. “Ni te muevas, Tonalli” se escucha la voz del capitán. La escena se amplía. El capitán la empuja hacia los autos, y cuando César los ve se toma la cabeza con las dos manos.
-Ya viste mucho, Tonalli. De aquí no sales viva hoy -le dice el capitán.
Música de fin del episodio. Títulos.

Continúa en el episodio 8, Narrativa Guionada - LaJuá: La Duda.

Sergio Cilla