Sergio Cilla comparte con nosotros su primera narrativa guionada. En pocas palabras, una historia leída como si la vieras en una pantalla.
Hoy, el primer episodio de la primera temporada de LaJuá, la historia de una chica Latina con súper poderes.
Arte: Graciela Iturbide

Narrativa Guionada
LaJuá – Temporada 1

Episodio 1: El Descubrimiento

La escena muestra a LaJuá, de lejos, subida a una silla, limpiando unos estantes en lo que parece ser un almacén de pueblo. No hay otra persona en el lugar. La imagen pasa a la puerta de entrada con el cartelito de “cerrado”, y se mueve hacia una puerta semi abierta, en los laterales del local, y a un hombre espiando a LaJuá, con gesto de deseo. El cuadro se vuelve a centrar en LaJuá, pero esta vez con una toma más de cerca. Se puede ver su figura bajo un jean gastado y una blusa blanca casi trasparente. Está limpiando y moviéndose al compás de la música que escucha por sus auriculares.

La Juana, como le decían en el barrio y en su familia en su México natal, era muy conocedora del arte de llevar una vida adelante. Sabía cómo disfrutar cada pequeño momento, aunque fuera simplemente limpiando y cantando su canción preferida. Su belleza era impalpable y su energía profusa y generosa. Seducía con su presencia, e intimidaba a la hombría insolentemente.

- ¿Tienes para mucho? -se oyó decir al hombre, que segundos atrás la había estado observando desde el otro cuarto.

LaJuá le sonrió, sin entender qué le había preguntado. Se quitó uno de los auriculares y lo miró, como instigándole a que repitiera.

- ¿Cuándo vas a terminar? -recalcó Wilver, con una actitud un poco entorpecida por la anarquía de sus sentimientos.

Wilver era el dueño del lugar, y deseaba a LaJuá con puro desenfreno. No sólo eso. En algún lugar de su masculinidad intermitente, la admiraba, aunque jamás habría de confesárselo a sí mismo.

LaJuá quiso responderle como en un juego con un final presagiado, y empezó a bajar de la silla sacudiendo las caderas al ritmo de la bachata que estaba escuchando. Y Wilver malinterpretó tanto el gesto como sus propios anhelos, y la tomó bruscamente de la cintura, enterrando su hocico comedido entre medio de sus senos.

La imagen muestra el rostro de LaJuá que se va transformando, sin entender lo que está sucediendo, mientras Wilver continúa refregándose en su pecho. Y al segundo, se la ve hacer tres respiraciones profundas, y esgrimir una sonrisa triunfal.

Flashback: se puede ver a una anciana vestida con harapos en un lugar muy pobre de Latinoamérica. LaJuá está sentada junto a ella y llora desconsoladamente. Se la ve adolescente. La anciana le acaricia la cabellera azabache.

-Tú eres muy especial, m’ija, no eres cualquiera -la anciana habla con una voz templada, pero con firmeza-, e irás aprendiendo en la vida a controlar tus impulsos y a usar tus poderes. Sólo tienes que saber cómo elevar tu vibración para ponerlos en práctica.

Se puede observar el rostro de LaJuá en primer plano, quien la mira con una mezcla de desconfianza y de intriga. A medida que la imagen se desvanece, se escucha a la voz de la anciana que dice: “Y para elevar tu vibración, tienes que poner toda tu concentración en la respiración, e inspirar y expirar tres veces.”

Se vuelve al almacén al momento actual, donde se puede ver a LaJuá que larga su última bocanada de aire, toma la cabeza de Wilver con sus dos manos, lo revolea por los aires como si fuera un avioncito de papel, y lo arroja contra una de las góndolas. Wilver cae al suelo, y arrastra todas las latas y productos de los estantes. Con música de suspenso, Wilver queda tendido como inconsciente, y la imagen lo recorre detalladamente de pies a cabeza.

Cambio de escena: se la ve a LaJuá agachada junto al cuerpo de Wilver, quien está tendido y despatarrado, como si fuera un espantapájaros vencido. Ella le sostiene la cabeza, y está agitada, como sollozando.

-Don Wilver -le habla dándole golpecitos suaves en sus mejillas-, ¿qué le ocurrió, Don Wilver?

Wilver comienza a despertarse y a mirar hacia todos lados.

- ¿Llamo a un médico, Don Wilver? -le pregunta muy angustiada-. Usted venía caminando, y de repente se desvaneció. ¿Le pasa algo?

LaJuá supo manifestar sus poderes por primera vez, y no podemos saber si no quiere reconocerlos, o si está fingiendo para que Wilver no la descubra.

Música de fin del episodio. Títulos.

Continua aquí con el episodio 2: Narrativa Guionada – LaJuá: Transparente

Sergio Cilla