Sergio Cilla comparte con nosotros su primera narrativa guionada. En pocas palabras, una historia leída como si la vieras en una pantalla.
Hoy, el quinto episodio de la primera temporada de LaJuá, la historia de una chica Latina con súper poderes.
(Si no leíste el principio, empieza aquí: Narrativa Guionada – LaJuá: El Descubrimiento)
Arte: Graciela Iturbide

Narrativa Guionada
LaJuá – Temporada 1

Episodio 6: El César

La escena comienza en la estación de policía. Se ve a un hombre parado que le habla a un grupo de oficiales, todos vestidos de civil.

-Los que me conocen desde hace mucho tiempo -se escucha hablar al Capitán-, saben que no es común que diga esto, pero la oficial Juana Hernández Crespo merece hoy un aplauso.

Desde que LaJuá había comenzado a trabajar como policía, tenía dos preocupaciones constantemente. Una era cómo poder desbaratar la mafia de la droga en esa zona de la ciudad. Por la droga, mucha gente inocente moría todos los días. La otra, era cómo disimular que se estaba enamorando de César.

La Oficial Juana Hernández Crespo, alias Tonalli, alias LaJuá, había arrestado a alguien clave para llegar al centro mismo de la banda. O al menos, eso creía ella, hasta que encontró un mensaje anónimo sobre su escritorio.

“Yo sé quién eres, y también sé que al que arrestaste lo pusieron ahí a propósito. Si quieres hacer tu trabajo bien, busca más cerca de ti.” Decía la nota escrita con letras recortadas de una revista, y que le habían dejado en un sobre junto a su cartera.

Cuando LaJuá le contó todo esto a su madre durante la cena, Nayeli se dio cuenta que algo estaba mal. Sabia que la impulsividad y la inocencia de su hija eran muestras de su falta de madurez. Pero, necesitaba tener cuidado, porque LaJuá se exacerbaba fácilmente.

-Piensa en cómo llegaste a ese hombre que arrestaste, y te darás cuenta de quién es el que quiere desviarte del verdadero objetivo -le dijo Nayeli, tratando de no darle demasiada importancia.
Se puede ver a LaJuá cenando y escuchando a su madre. Además, se puede ver lo que está pensando y recordando. Cuando lo vio a César hablar como a escondidas con el capitán. Cuando César le insistió que tenían que seguir la pista de ese hombre. Cuando el capitán la felicitó. Su cara se va transformando, y pasando de la furia al dolor. Se levanta de la mesa abruptamente, y se mete en su habitación de un portazo. Nayeli corre tras de ella y se apoya sobre la puerta cerrada, y la escucha sollozar.

Cambio de escena. LaJuá y César están entrando a la estación de policía. Él trata de coquetear con ella, pero LaJuá está distante. César tiene un ramito pequeño de flores, y se lo pasa por los labios y la mira profundamente, con una mezcla de seducción y de amor.

-Algo te ocurre a ti hoy, Tonalli -le dice César como jugando, y haciéndose el misterioso-. Luego de mi reunión con el capitán, tu y yo iremos a tomar unas copas y a conversar.

Le extiende el ramito de flores, pero cuando LaJuá lo quiere tomar, él no la deja, y se aleja de la escena sonriente. Pero LaJuá se queda pensativa. Recuerda el día en que Wilver entró al almacén, y ella se aplastó contra la pared y se hizo transparente.

Cambio de escena, se puede ver cómo LaJuá está espiando la oficina del capitán, y cuando este sale un momento a dejar unas carpetas sobre otros escritorios, LaJuá se escabulle dentro y se queda parada detrás de la puerta. Toma tres respiraciones profundas, se concentra en vibrar más alto, y se hace invisible.

El capitán y César entran juntos a la oficina. El capitán le pide que cierre la puerta, y cuando César se acerca percibe algo raro. La escena muestra a LaJuá que se aplasta más contra la pared y que está muy nerviosa.
-No sé por qué tengo la sensación de que ella sospecha algo -comenzó a decir el capitán, con un tono de nerviosismo imperioso.

-No, nada que ver, quédate tranquilo -le respondió César con un tono de que tenía todo bajo control-. Además…. -hace una pausa y se sonríe.

- ¿Además qué? -pregunta el capitán ya bastante nervioso.

-Además parece que está pisando el palito del amor, y mientras logre que esté enamorada, jamás desconfiará de mi -respondió César, mientras seguía jugando con el ramito de flores, pasándoselo por los labios con tono de burla.

La escena se centra en LaJuá, quien sigue escondida e invisible, pero esta vez se puede ver cómo una lágrima le cae por la mejilla. César se da vuelta repentinamente y mira hacia la puerta con desconfianza, y sale de la oficina junto al capitán.

LaJuá sale detrás de ellos y se escabulle dentro de un baño. Cierra la puerta tras de sí y se pone a llorar con mucha fuerza. Las palabras “mientras logre que esté enamorada” de César le retumban en su mente. Mira hacia arriba y se la escucha decir: “Doña Nacha, abuela, donde esté, ayúdame”.

Música de fin del episodio. Títulos.

Continúa en el episodio 7: Narrativa Guionada - LaJuá: La Debilidad

Sergio Cilla