No cabe duda, la fotografía no tiene límites. Son tantas las posibilidades de capturar instantes que no puedo parar en esta apasionante aventura de detener el tiempo a milésimas de segundo y descubrir que pequeños eventos desapercibidos, son excéntricos festivales de forma y color.

La primera vez que atrapé una gota colisionando supe que era el principio de un fascinante viaje de aprendizaje, y que sin técnica sería imposible hacer. Ahora, después de mucha experimentación, herramientas hechas a mis necesidades, física de los líquidos, obturación, destellos de luz, un sinfín de detalles y muchas noches de trabajo puedo detener el tiempo entre 1/16,000 y 1/32,000 de segundo y presentar estas impresionantes formas orgánicas que salen del escondite de un instante fugaz.

Alquimia para afectar el color y la elasticidad de los líquidos, la electrónica, la luz, los números que cambian la manera en que las formas hablan; es un deleite llegar a estos momentos y ver como los líquidos también se expresan. Es una danza de líquidos, una mezcla de colores, caos y control, la técnica nuevamente me permite regocijarme y compartir experiencias estéticas.

Raúl Cantú