Aquí va la siguiente jugada, vienen ahora los acuerdos para recordarnos que aún el sentimiento puede que tenga memoria, que aún en las entrañas sigue latiendo lo que el tiempo pretende dejar en un olvido, que aún hay una linea muy delgada tal vez, pero contundente de volver a empezar...

Propuesta de un viejo y nuevo amor

Es fácil pensar en cosas tan simples
en desdeñar y no involucrarme
ser juez y testigo, fingir o callar.
Que tal vez hoy duela y mañana sanará.

Que sienta el vértigo de tu mirada
y me desarme un beso obligado.
Que me quieras y por dentro me aprecies
que me ames y por dentro te interrogue.
que esté contigo y acaricie tu ausencia.
Que no me quede mas remedio (impensablemente)
contra restar la realidad en un diminuto
roce que de tu mano ha nacido a mi dolor.

Si te contara las miles de veces
que he desatinado por no dejar
que el llanto me ocupe el tiempo.
Y mi único sosiego es el refugio
de los bellos recuerdos.

De cuando llorabas por ser feliz a mi lado
de jugarnos el que dirán por amarnos,
de las celestes palabras que a mis oídos
llegaban en un suspiro de tu voz
al decirme que me amabas…

Acurrucarte a mi lecho era el refugio
de un niño ávido de consuelo y calor.
Entonces, tus brazos eran sólo para mí.
tus besos eran la cúspide de lo eterno,
de los que no importaba el sabor, ni el aliento.
De esos besos perdurables y no perturbables.

Podíamos hacer el amor sin examinarnos
navegar en las olas de mar profundo,
tu piel en la mía, tu sexo en el mío y desfallecer.

Me admirabas por que era y podía ser,
me construiste luego un olimpo virgen
lleno de música y notas en un altar
para luego sublime compaginar tus cuerdas
con mi voz y fundirnos en la inspiración.

Pero como dicen los poetas;
buenos pensadores,
los que viven del pasado,
son muertos palpitando.
Y de ti, vivo mi presente y muero
por revivir el pasado.

Deseosa de que tus manos
se fundan en mi piel
al perderse de nuevo en mi edén.
De que tu ausente desafío,
sea inmaculada presencia.

Que no sea yo la deseosa, sino la deseada.
Que no sea la que miras a evasivas,
sino que me desnudes con tu mirada.
Que no sea yo el fuego que se quema
por dentro,
sino que arda en tus cálidas caricias.

Con tan sólo un beso de amor;
del conjurado amor,
apague estas lágrimas amargas.

Y entonces si;
es fácil pensar en esas cosas tan simples
en intentar y descubrirte
en ser cómplice y amante,
sentir y callar.

Quizá hoy duela,
pero tal vez mañana;
si tu quieres, sanará…

Marilú Zanella
5:53 pm 21/04/06