Más Allá de la Conciencia

Somos manifiesto, habitantes de las entre líneas de la vida…

No tenemos remedio. Buscamos las formas y salidas, cada quien en su laberinto…

Hayamos ventanas, puertas, candados, piedras y llegado el momento ahí estamos, a semejanza manecilla de avance en el reloj del terco corazón latente. Flotamos sobre alcantarillas donde no nos roce la escupidera o se tiñen los zapatos de mierda…

A veces cerramos los ojos y dejamos que nos haga el amor las caricias del viento, mensajera e insidiosa soledad… La piel se eriza por el solo retoque de su orgásmico soplo sobre la sien…

Ahí volvemos, estamos entre lo que Soy, lo que seré, lo que debiera y los nuevos demonios por conocer.

Si nos respondemos con argucias, ¡bueno! es como engañar el hambre con chatarras, si silenciamos nuestras enteras verdades, es que ese manjar ya no se comparte…
Después de padecer tantos vacíos, vale la pena callarse el mejor platillo para atragantarse a solas con la conciencia…

Pero el camino ni se acaba ya que es un infinito mientras estamos conscientes de lo vivido, que ya muertos, sabrá el Cielo, Dios o el mejor desconocido, lo que ha almacenado el espíritu y tenga que sufragar en caso de pagar las creces del transitado asfalto…

De todos modos, seguimos siendo manifiesto, habitantes de las entre líneas de la vida, retomando los senderos, aguantándonos o llevando al matadero las esperanzas, aflorando jugueteos, de vez en cuando comiendo buenos platillos a bocanadas, pero del diario a todas horas flanqueamos con chatarra… Vivitos, desgranando las entrañas…

Ya muertos, lamentando el suspiro los te amos…

Hasta que la vida nos una, lo que la muerte nos depare…

Marilú Zanella
Septiembre 2013

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