Sabes que me inquietas
¿verdad? Bien lo sabes…
Cada vez te pierdes
sin un poco de precaución
al tocar mis sentidos..
te envuelves en gritos apagados,
te haces presente
como el correr de caballos;
montada yo,
en carruajes que arrastran
la alianza de tus venas,
donde mi sangre te acompaña.
Que con tal obstinación
el tiempo me comprime de ti;
mas el escrúpulo no se debe
por tus minúsculos enigmas
que al descubrirte,
transmuten mi vida
a causa de tus idilios.
Ni temo,
aunque me castigue tu beldad
y como efigie te implore
cuando pretendes condenarme
siendo una ridícula ignorante
de tu aquietada voz.
Es tan peligroso saberte hecha
¡tan perfecta amante!
Que poseo el afán de utilizarte
a juicio
cuando mi rostro oscile
la antigüedad de tu creación.
Me honro en el arribo de tus esquemas
sin embargo, no las conozco;
en hipnosis, sabiamente comulgo
de tu organizado proceso.
¡A Dios imploro!
¡que no deseo en la intemperie
conocerte más!
¡volverme pagano!
aunque en lince promiscuidad
¡te siento! ¡te alimento!
y mil veces más ¡te deseo!
Desnuda, como eres…
sin tumultos, ni descaros,
como si fuese yo ahora la que manipule ingeniosidad.
Dime:
¿Quién te sabe bien?
En tu espectáculo del éxtasis
¿soy la proliferación eterna
con traje de ficción?
¿O siento miedo, por pertenecer
a tus causas y en sumisión
adoptar tu sapiencia?
…O porque a pesar de tenerte firme
creo a veces volverme loca
y como crepúsculo
conquisto la faz de tu universo,
¡obligando a que te muestres!
¡en mutismo a que me eduques!
En solemnidad y cohesión ¡te entregues!
Presa fácil;
aduladora inapelable…
vida;
que sólo del sueño nace la fragancia
de la muerte.
A pesar de ser vasallo tuyo
¡me pones temple! ¡fría!
¡porque soy tu traje y tu mira!
¡tu voz en las iras,
recelo de inteligencia!
Y cuando sientes compasión de mi,
tu burla me parece divina omnisciencia.
Luego me duermes;
me duermes en tu cuna.
No importa si suprimes en discordia
las lágrimas que derrochas
mientras que soy el espécimen perfecto
que te muestra en el ajeno.
¡Jamás! ¡Óyelo!
¡jamás renegarás de mi devoción
porque así creciste en mí;
como industria del conocimiento!
me erigiste con la habilidad
de defectos y si yo falto,
tus fallas serán mi atavío:
pero si tu faltas…
tu traje, tu vasallo, tu guarida
será un ¡fétido casto!
Y si a tu sangre le revuelven la mía,
¡eternamente seremos un facsímil
sin escrúpulos,
viviendo en el mismísimo infierno
con toda la fuerza de los sentidos!
Porque cuando probamos los cuerpos
sin antes saber de los misterios
y nos pensamos inmutables
después de habernos consumido
con el tiempo,
nos crearon como uno
llamándonos seres vivientes,
reproduciéndonos con otros;
donde tu eres la mente
que de vida te sostienes.
y yo;
el personaje de tu comedia
que se sacia con sangre de valiente.
Amante perfecta;
¿Cuándo callarás?
¡hasta cuando dejaré de ser
víctima tuya?
¡ hasta dónde, te quiero mía!
Marilú Zanella
28/sep/93
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