Alguna vez, en una tertulia con amigos poetas y creyentes "no poetas", preguntaron ¿Qué es para mi la poesía? simplemente no supe qué contestar; no había palabra alguna que pudiera describirlo y lo que si pude visualizar, a la orilla de un acantilado viendo hacia el horizonte y la tranquilidad del mar... Después contesté, " es filtrear contigo misma, a través de los océanos.

....Sí,
porque lo único que tal vez
no se pudiese trazar
sería lo inimaginable,
lo impalpable en las mismas
sensibilidades.
Esas mismas que transmutan
presencias a evidentes roces
de miradas, de sentidos.

...De qué manera podría un ser
culminar el éxtasis de su devoción
sin antes tocar las fibras
más sensitivas de su corazón....
creo los que culminamos
a esas sensaciones sabemos
lo que puede suceder
al perdernos intensamente.

...Y al perdernos ya se vuelve
inexplicable, se vuelve infinito
audaz con el instante,
la memoria se virtualiza;
dibuja las imágenes más hermosas,
formas de entregarse,
de vivirse en mutualidad,
es el clon del alma misma
que converge en los andares
del cada cual...

A veces pienso
que la inmortalidad se engaña
con placeres limitados,
cuando poseyendo la profundidad
del instinto, miles versos sostienen
los caudales que llevamos dentro...

Por ello,
el Espíritu lo considero eterno,
desde esta mortalidad
hasta los niveles del sueño sempiterno
que es la muerte...

Yace las dualidades que se cruzan,
las miradas encontradas,
los roces compartidos, transportados.
Cada ente que no piensa,
solo siente a través del tiempo y la esencia...

Al cruzar nuestros nombres,
se cruzaron nuestras vidas,
nuestros grandes dotes de vate,
pero lo más sentido es,
la penetración del alma,
la que conjuga y sacia,
donde los esquemas dibujan
paisajes recónditos e inigualables,
donde las sensaciones se palpan
con tan sólo escucharnos en las letras,
en los trazos...

Es el momento idóneo
para convertirnos
en lo que siempre hemos deseado,
en la inmediación de lo inabordable,
será por eso,
que la geografía de nuestros esquemas,
nos han llevado a la sincronía
de lo que en nuestro corazón palpita
y son esquelas disueltas a un sólo cosmos
a través del fondo del océano.....

Marilú Zanella
Agosto, 2001