Y aún así, alguien tiene que ceder cuando del amor peligra y entonces te armas de valor y agotando hasta la última esperanza de despertar las ganas, de sentir el quisquilleo y la devoción, llega la nada; como un fantasma devorándote todo, te ahueca el alma; llega culminando sólo el intento fallido.

Indiferencia

Dispuesta a ti, me descubro entera
A que me tomes y me ames.
a que tus manos entibien la piel
que ante tus ojos posa, desnuda.

A que tus labios sean el bálsamo
De la fría espalda descubierta
Y tu cuerpo roce suave, lento,
El cauce que te lleva a mi vergel.

Ansiosa de amar, de persuadir el deseo
Espero a que tus brazos se conmuevan
A que tus manos me cubran,
A que tus besos se entreguen.
Con esmerada paciencia.
Mas la noche creída entera y tibia
Se torna ráfaga de una tormenta fría.

Soy vagabunda que pide limosna
La viva que ama, sin ser amada
Desterrada por una gran Indiferencia.

La que corre como un fantasma
Cuando se siente herida del alma
Y se esconde en su terruño
para alejarse del inesperado fallido.

Marilú Zanella
16/05/06

[btnsx id="2256"]